Quiero un café,
pero no el primero que aparezca:
aquel de las tardes en el jardín
donde la luz doraba los silencios
y nuestras palabras trenzaban el tiempo.
Fueron tantos los cafés compartidos:
los que hervían con rispas espumas,
los que endulzaban las horas amargas,
los que bebí con voces ahora ausentes
sus nombres grabados
en el mármol fugaz del vapor
Hasta la Muerte quiso probar el mío:
se sentó frente a mí, deshojando el tiempo,
convirtió la taza en un espejo
donde el pasado tembló como grano recién molido...
Fotografía: Crédito a quien corresponda.
Es un hermoso poema de la poeta Gloria Piña, amiga y compañera de de Taller Literario.
ResponderEliminarSu poema logra evocar la nostalgia y la melancolía a través de la metáfora del café. La forma en que describe el café como un ritual que une a las personas y a los momentos en el tiempo es realmente conmovedora.
Me gustó especialmente la imagen de la luz dorando los silencios y las palabras trenzando el tiempo. Y la forma en que la Muerte se sienta frente a la narradora, deshojando el tiempo y convirtiendo la taza en un espejo, es una metáfora poderosa y emotiva.
El poema de Gloria , parece también reflexionar sobre la fugacidad de la vida y la importancia de los momentos compartidos.
Me encantó!
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